jueves, 26 de mayo de 2011

Cerebro mio, Yo no te gusto a ti, y tu a mi tampoco me gustas. Pero si no me ayudas en esto prometo matarte a golpes.

El primer chapuzón del año.


Casi es mágico, sales de casa contento, dispuesto a tirarte al agua y bucear, nadar un rato, atravesar el agua como una flecha. Luego, llegas al extremo de la piscina. Te quedas mirando el agua, no sabes que hacer, primer momento de bloqueo. Tu mente piensa "Me tiro, no me tiro, lo mejor es tirarse rápido". Pero, realmente, no te tiras, tocas el agua con la punta del pie, y tampoco te convence. Miras a tu alrededor, te sientes como en un gran hermano mental. Vuelves a meter el pie, sigue estando congelada. Cierras los ojos durante unos segundos, estiras los brazos, moviendo estos en circulos, pareces idiota, pero, te consuelas pensando que luego no te dará una rampa. Cierras los ojos, das dos pasos hacia atrás de la piscina, separandote, si eres torpe te caes, si no, te quedas mirando el agua como un anormal. Ruedas los ojos, miras al cielo, rezas tus oraciones con tal de que no te de una hipotermia y te tiras al agua de cabeza cual delfín, o esto es lo que piensas tú. Realmente te tiras mas en plancha que otra cosa, pero eso sí, eres feliz. Es el primer chapuzón del año. Sales del agua cagando leches, y corres por el cesped, sintiendo el frio erizar tu piel. Llegas a tu casa, te secas, y te quitas el bañador. Te sientes feliz, y tienes el cuerpo fresquito, te sientas en el sillón y ya estás levantando el moco. Te has resfriado.

Tiempo. Locura. Todo.

1 comentario:

  1. Ya era hora de que actualizaras...
    Me he visto en esa situación todos los veranos desde que me alcanza la memoria, sintiendo lo mismo.
    Excepto el resfriado,tengo una constitución de hierro :P

    No tardes tanto en la próxima entrada,besussss!

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